
{Opinión} Cuando el gato cuida la carnicería: desfonde ético en la Región de Coquimbo.
En la Región de Coquimbo, la política y parte del poder mediático parecen haber perdido su rumbo. La complicidad entre líderes y medios que promueven el abuso y la desinformación amenaza la calidad de nuestra democracia y el futuro de nuestros territorios.
Ver desfilar a políticos de todos los colores por -la alfombra roja de Pelotillehue -, de una radio como “Mi Radio” no es solo un espectáculo patético. Es un retrato descarnado del estado actual de la política en la Región de Coquimbo: una política sin pudor, sin principios, sin raíz y sin memoria.
La gala aniversario de esta emisora, conocida por su sensacionalismo, su desprecio por la veracidad y sus múltiples denuncias por abuso laboral, fue una muestra perfecta de cómo el poder se protege a sí mismo. Porque ahí estaban todos: autoridades, candidatos, empresarios, figuras públicas que deberían resguardar el interés colectivo, rendidas ante el micrófono de un medio que ha hecho daño, mucho daño a la región.
Roberto Dueñas, el director de la emisora, no solo acumula denuncias por maltrato y amenazas. También ha cruzado líneas éticas y judiciales al punto de haber sido formalizado por amenazas emitidas al aire. Y sin embargo, ahí lo tienen: celebrando con sonrisas plásticas, apadrinando políticos, instalando candidaturas. ¿Qué se puede esperar de la ciudadanía si quienes debieran marcar el camino avalan con su presencia estas prácticas mafiosas? ¿Dónde quedó la responsabilidad política, el compromiso con los derechos humanos, con la verdad, con la dignidad laboral?.
La situación se vuelve aún más escandalosa cuando observamos al actual gobernador regional, un meteorólogo sin trayectoria política, que ha sido impuesto mediáticamente por Dueñas. Este hombre de ciencias, que paradójicamente se ha convertido en el único científico en Chile que avala públicamente el proyecto minero Dominga, representa una contradicción alarmante.
¿Se imaginan? Un meteorólogo validando una empresa extractivista que amenaza el ecosistema marino más importante del país: la corriente de Humboldt. ¡La corriente de Humboldt! aquella responsable de los fenómenos climáticos como El Niño y La Niña, intervenidos y alterados por el mismo tipo de proyectos que él respalda.
Además, el archipiélago de Humboldt es un “Hope Spot”, un sitio de esperanza para la humanidad, reconocido por su valor ecológico y su biodiversidad única. ¿Cómo es posible que un proyecto como Dominga, que pone en riesgo este patrimonio natural, sea avalado por un hombre de ciencias? ignorante, como mínimo. Pero, lo que es aún más grave, útil para los intereses del capital, sin duda. En la misma fiesta rimbombante de un medio multado por sensacionalista y falta a la verdad celebraban gerentes y políticos de medio pelo.
Este no es solo un problema de ética periodística. Es una advertencia política. Cuando los medios se convierten en instrumentos de manipulación, cuando el periodismo se viste de farándula para imponer candidatos, y cuando los líderes se acomodan al poder mediático sin cuestionarlo, lo que está en juego no es solo la calidad de nuestra democracia, sino el futuro de nuestros territorios, de nuestros ecosistemas y de nuestra conciencia social.
Este medio no solo se dedica a proteger intereses oscuros, sino que también ataca constantemente a las organizaciones sociales, deportivas y culturales que contribuyen a la grandeza de nuestra región. Aquellos colectivos que, desde su trabajo comunitario, promueven la identidad local, el deporte, el arte y la cultura, son sistemáticamente menospreciados y desacreditados. Mientras tanto, los verdaderos valores de la región quedan relegados a un segundo plano.
Este desfonde ético también se refleja en el menosprecio sistemático hacia el arte y la cultura, relegados siempre a un lugar secundario bajo el pretexto de “priorizar la seguridad”. Sin embargo, esta seguridad es entendida de manera reduccionista, como control y represión, mientras se desmantelan las verdaderas bases de una sociedad viva: el pensamiento crítico, la sensibilidad y la memoria histórica.
No hay seguridad posible en una región donde se asfixia la creación, se instrumentaliza la cultura solo como vitrina turística y se margina a quienes, desde el arte, proponen preguntas incómodas y alternativas de futuro.
No se puede construir región desde el abuso ni desde la ignorancia. No se puede hablar de participación cuando la ciudadanía es bombardeada diariamente por discursos que desinforman, que amedrentan, que ridiculizan. Y no se puede hablar de desarrollo mientras la política siga rindiéndole honores a los que destruyen la verdad y el trabajo digno.
La Región de Coquimbo merece más. Merece medios que informen con ética, que respeten la verdad y el derecho de la ciudadanía a ser escuchada. Merece una política de líderes con coraje que sirva a la gente y no a los intereses privados, que conozcan la tierra y su historia, a su gente y sus luchas, y que defiendan sus territorios, su cultura y sus recursos, sin doblegarse ante el poder del dinero.
Nuestra región merece continuar desde el arte, el deporte, la cultura, como la base para niños y juventudes en su formación humana y social, verdadero motor de su desarrollo. La región merece ser libre de la manipulación mediática, para asegurar el futuro de nuestros territorios.
Semanario Mate Amargo.
Los Choros.